EL MITO
  DEL TRÍPODE
  QUE ASESINÓ
  A UN
  ESTABILIZADOR


   Creado
   7 Feb 2016


   Actualizado
   7 Feb 2016


   


© Guillermo Luijk 2016



INTRODUCCIÓN

De manera reiterada siempre he escuchado tanto de la mano de usuarios como de fabricantes que cuando se coloca la cámara en un trípode, debe apagarse el estabilizador (ya esté en la óptica o en el propio cuerpo), para no generar una supuesta pérdida de nitidez en la imagen final. El argumento es que será la propia acción del estabilizador la que aplicará una estabilización fantasma innecesaria que desembocará en dicha pérdida de nitidez.

Aunque el razonamiento parece muy lógico siempre me he preguntado dos cosas:
  • Si aún estando la cámara sobre un trípode, por condiciones del entorno ajenas al fotógrafo el conjunto cámara + trípode se viera sometido a cierta inestabilidad (corrientes de viento o agua, vibraciones del suelo,...), no es posible que el estabilizador resultase útil para eliminar o al menos minimizar el efecto de esa inestabilidad?
  • Aún en el caso de una situación totalmente estable, donde el estabilizador con claridad no tenga nada que aportar y por tanto lo mejor sea apagarlo, tenemos la certeza de que se va a notar ese efecto contraproducente si se nos olvida hacerlo?
Testimonios muchos, pero pruebas que traten de responder a cualquiera de las dos preguntas no he logrado encontrarlas, así que las vamos a hacer en este ejercicio.


EL SIMULADOR DE VIENTO

Para comprobar tanto si el estabilizador puede tener un efecto perjudicial en situaciones de completa estabilidad, como si puede mejorar la calidad de una imagen cuando el entorno provoca vibraciones en el trípode o la cámara, he montado el siguiente simulador de viento casero consistente en un ventilador apuntado a la cámara sobre el trípode:


Fig. 1 Cámara en trípode de viaje y simulador de viento.


Es una forma artificial de provocar oscilaciones en el conjunto trípode + cámara mucho mejor que salir para tratar de hacerlo con viento real, como el que tenemos hoy en Madrid, porque de este modo se mantiene constante y bajo control la intensidad del flujo de aire.

He usado una Olympus E-P5 con un objetivo Konica Hexanon de 135mm (270mm equivalentes), colocados sobre un trípode ligero de viaje con el fin de maximizar el efecto de cualquier vibración. No se trata de obtener imágenes correctas sino de ver la diferencia en el resultado final según actúe o no el estabilizador.

La escena de prueba no es muy bonita pero válida para lograr el objetivo:


Fig. 2 Escena de prueba.


Se ha enfocado manualmente con precisión en modo LiveView sobre el rótulo "7-14", haciendo uso de focus peaking y con la lupa más potente disponible (14x). Con este nivel de aumento era fácil ver que un simple soplido o las pisadas alrededor de la cámara daban lugar a vibraciones muy visibles en la pantalla LCD.


ENTORNO ESTABLE: EL ESTABILIZADOR VA A EMPEORAR LA CALIDAD?

Sin encender todavía el ventilador he disparado dos veces a 1/1,6s @ f/5,6, ISO200. La primera sin activar el estabilizador y la segunda poniéndolo en funcionamiento. Se ha usado un disparador remoto y se ha empleado el modo Anti-shock de la E-P5 que es similar a una primera cortinilla electrónica para no introducir vibraciones debidas a la obturación.

La comparación entre ambas tomas puede verse pasando el ratón por encima de la imagen:


Fig. 3 Recorte 100% de escena sin viento (mover ratón para estabilizador).


El resultado es prácticamente indistinguible y equivalente en nitidez, lo que demuestra que la actuación del estabilizador no ha introducido ninguna pérdida de nitidez parásita en este caso.

Esto son buenas noticias para no preocuparse demasiado si se nos olvida desactivar el estabilizador cuando hagamos tomas con trípode, y el entorno sea totalmente estable. En estos casos sin duda lo mejor es desconectarlo, pues no va a aportar ninguna mejora y además consumirá batería y hará ruido, pero si se nos olvida hacerlo parece que no será una tragedia.


ENTORNO INESTABLE: EL ESTABILIZADOR PUEDE MEJORAR LA CALIDAD?

Ahora sí ponemos en marcha el ventilador con el fin de provocar vibraciones en la cámara.

Pese a ser una situación controlada, el flujo de aire no está exento de aleatoriedad por lo que para reducir la varianza se ha hecho una serie de 3 capturas sin estabilizador, eligiendo la de mejor resultado como haríamos en un caso real, y a continuación otra serie de 3 capturas esta vez con estabilizador, de nuevo escogiendo la mejor.

La comparación entre las tomas elegidas puede verse pasando el ratón por encima de la imagen:


Fig. 4 Recorte 100% de escena con viento (mover ratón para estabilizador).


Como comentaba, dadas las duras condiciones de disparo provocadas (focal larga, trípode ligero, ventilador a máxima potencia) ninguna de las imágenes puede darse por buena ya que en ambas hay una gran falta de nitidez. Pero desde luego la obtenida con el estabilizador activado ha resultado mucho mejor, haciendo distinguibles en ella textos que son irreconocibles en la captura sin estabilizador.

Esto viene a contradecir la regla aparentemente universal de que el estabilizador se debe desconectar cada vez que la cámara se monta en un trípode. Hacerlo o no dependerá de las condiciones de estabilidad del disparo, pudiéndose mejorar la calidad de imagen final en las situaciones más difíciles gracias al estabilizador.

Hay que notar además que estamos hablando de una estabilización en el cuerpo, que según dicen (casi siempre las marcas que no la introducen en sus cámaras así como fans acérrimos de las mismas), pierde eficacia con focales largas como la usada por los más amplios desplazamientos del sensor implicados.


CONCLUSIONES

En el presente artículo se ha demostrado la falsedad del mito de que cuando usamos un trípode, se deba desconectar siempre el estabilizador del cuerpo o la óptica como de manera sistemática recomiendan muchos fabricantes y usuarios.

Para ello se ha mostrado un caso en el que la activación del estabilizador, sin aportar nada positivo, tampoco ha provocado pérdida de calidad de la imagen. Más concluyente ha sido un segundo ejercicio en el que claramente desconectar el estabilizador empeoraba el resultado final, aún teniendo la cámara colocada sobre un trípode.

He tenido no obstante reportes fiables de que con ciertas cámaras estabilizadas antiguas (Olympus E-510) u objetivos también veteranos (Tamron SP 17-50mm f/2,8), el estabilizador activado en entornos estables sí provocaba una pérdida de calidad. No se puede por tanto generalizar que dejar el estabilizador siempre activado y olvidarnos de él sea la mejor opción, aunque con la mejora de la tecnología desde luego vamos hacia ese punto.

Lo mejor como siempre es hacer pruebas, que en este caso son bien sencillas, con el equipo y situaciones que atañen a cada uno. Para cada caso habrá un punto de cruce en el que el uso del estabilizador aporte o no un beneficio de cara al resultado final.


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